domingo, 9 de agosto de 2015

Días 09, 10, 11 y 12 de Julio. Sucre y los Jal'qas (2)

Ya a las 7 de la mañana comenzamos a caminar en dirección a la quebrada donde nos encontraríamos con vestigios de una época anterior al ser humano, pero antes, visitariamos a una señora que nos enseñaría como tejen los telares clásicos de los Jal’qas. Sus hogares son sencillos, las casas están realizados en adobe y su interior tienen una especie de pequeño patio donde tejen y secan el maíz.


Adriana con Victoria, una chica Jal'qa del pueblo de Marawua.



Siguiendo las huellas del pasado.
Continuamos caminando entre valles y cerros y por fin llegamos a una ladera de lava volcánica petrificada de un color oscuro donde para nuestra sorpresa, nos dimos directamente con huellas de dinosaurios, sí como suena, huellas de dinosaurios!!!! Eran enormes y de diferentes especies, fascinantes, nos dejó con la boca abierta y podíamos imaginar como dejaron impresas sus huellas huyendo de una erupción volcánica, nunca estuvimos tan cerca de esos animales tan fantásticos.

Adriana aplastada por un brontosaurio gigante!!!

Vistas del valle
El valle
Después de disfrutar de las huellas fuimos a una casa local donde nos cocerán pasta y arroz tras mucho insistir, ya que estas comunidades son muy tímidos y hasta pasados más de 30 minutos salió a recibirnos, Nico un niño de unos 8 años, a preguntar que queríamos. Entraba y salía con la comida ya cocinada, pasadas casi dos horas empezaron a aparecer y dejarse ver los demás miembros de la familia. Tras un buen almuerzo y una buena siesta, seguimos caminando en dirección al pueblo de Potolo, donde pasaríamos la última noche en el valle de los Jal’qas. Por el camino vimos cómo usando la fuerza de la pisada de los caballos separaban las semillas del trigo.
Cuando por fin llegamos a Potolo ya llevábamos más de siete horas caminando por senderos y caminos de tierra, casi estaba anocheciendo y por fin teníamos agua caliente en la cabaña, así que decidimos descansar y relajarnos antes de la cena que compartimos con unas cervezas entre todos, junto a nuestros guías.
Cabaña regentada por los lugareños.
Bus a tope
Al día siguiente llegó la hora de volver a Sucre y aquí vino el inconveniente del trekking. Tenemos que decir ante todo que los guías son unos chicos increíbles, pero sin embargo la organización por parte de la agencia deja algunos detalles que deberían de arreglar. En primer lugar durante todo el trekking tuvimos que cargar con toda nuestra comida, las primeras horas fueron 4 kilos más a la espalda, según nos dijeron al empezar el trekking ellos ayudan a los locales, ¿pues porque no comíamos su comida, y asi le pagan a ellos?. En segundo lugar el último día volvimos a Sucre en una combi local en que nosotros viajeros estábamos sentados y la gente local de pié, e incluso hubo gente que no pudo subir por no haber espacio, dejándolos en la carretera. Si tanto ayudan a las familias locales ¿porque permiten esto? terminamos muy enfadados con la situacion y lo hablamos con el organizador, quien muy amablemente nos dijo que de todo se aprende, esperemos que sea verdad.
Una vez en Sucre almorzamos en Cóndor Trekker la última comida vegetariana y nos fuimos de paseo  por Sucre. Ese día por la noche debíamos partir hacia Potosí, pero cansados decidimos quedarnos una noche más, y al día siguiente irnos. Para despedirnos de Sucre nos fuimos a tomar unas cervezas y allí conocimos a Miquel, un catalán viajero que pretendía recorrer toda Bolivia, y que ya llevaba en el país una semana. Pasamos un buen rato con él, mientras esperábamos a Walter el guía voluntario de condor trekkers y al que prometimos compartir unas cervezas y un pollo asado. Cuando llegó, dejamos a Miquel y nos fuimos a por el pollo, charlamos con Walter hasta que los ojos ya no podían mas, así que nos fuimos al hostel y hasta el día siguiente.
Con Miquel
Cuando nos levantamos por la mañana en el pasillo del hotel reconocí un acento, ¿perdona eres de Granada? Si!!! ¿Y tu? Resulta que eran una pareja ella catalana y el andaluz que venían de Potosí, y entonces nos dieron la mala noticia. Hasta ayer estuvieron en Potosí, pero el pueblo entero entró en huelga y cerraron todas las carreteras, aprovecharon la noche para salir. Nos describieron la situación como una batalla campal. De la que nos libramos. Bajamos para preguntar por la situación al dueño del hostel y allí encontramos a un chico, también catalán llamado Alberto, que preguntaba también por lo mismo. Decidimos los tres ir a la estación para saber cómo estaba la situación, la única solución que nos dieron es comprar un billete hacia Uyuni y descartar Potosí, puesto que las carreteras estaban bloqueadas. Compramos el billete para ese día y volvimos al pueblo a disfrutar de Sucre una vez más. Fuimos a una salteñeria, local famoso por sus empanadas salteñas y allí nos encontramos con Miquel!!! Pasamos un buen rato con él y después nos despedimos, puesto que recorreremos caminos diferentes.
Gracias Miquel por tu amistad. Seguiremos en contacto!!!!
Adri pizzera!!!
Paseamos por la ciudad y comimos pizzas en la calle, hasta Adriana se atrevió a cocinar una!!!
Teléfono público de Sucre
Cuando ya eran las siete de la tarde nos fuimos a la terminal de buses y tras dos horas esperando nos dicen que por seguridad los buses no saldrán hacia Uyuni y que mañana habrá una tregua por parte de los manifestantes y que si saldrán los buses.
Teléfono público de Sucre.
Mercado
Confiando en la buena fe de la agencia en no mentirnos nos fuimos a un hostel cercano para dormir esa noche y con intención de no perder el tiempo, nos levantamos temprano y nos fuimos a ver el mercado de Tarabuco mercado donde aún se realiza el trueque y que solo tiene lugar los domingos.
En él vimos gente que con orgullo vestía la indumentaria tradicional.
Una vez más de vuelta a Sucre y en el hostel preparándonos para ir a la terminal, nos encontramos con dos brasileñas Narcisa y Adriane que llegaban desde la terminal enfadas porque una vez más les habían dicho que el bus no saldría hacia Uyuni. Enfadados nos fuimos hacia la terminal sin creer lo que pasaba, pero sí, era verdad los buses seguían sin salir, hablamos con Narcisa y Adriane y junto a dos brasileños más, decidimos regatear para que nos llevarán hasta Tupiza única ruta sin pasar por Potosí. Ya decididos nos subimos a una combo y tras 8 horas llegamos a Tupiza, sin saber donde dormir decidimos esperar en la estación y con quien nos encontramos allí, con Alberto el catalán que nos acompañó el día anterior, estaba con su compañero Alfredo, valenciano y viajero también. Lo que no sabíamos en ese momento, es que juntos compartiríamos durante los siguientes días algo más que el frío a -7 grados bajo cero de la terminal de Tupiza.

ADRI&JUAN

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