Días 19 al 26 de Julio. Salta, Cachi, Cafayate y Tucuman.

De Salta podemos decir mil cosas. Algunas malas, como llegar a las diez de la noche después de casi veinte horas de viaje y no encontrar alojamiento, hasta la una de la madrugada después de preguntar en mil sitios, pero también algunas buenas como fue conocer a Isabel.

Eran las doce del medio día y el estomago empezaba a crujir, teníamos hambre y nos encontrábamos cerca de la plaza principal de la ciudad "blanca" así que una vez más usamos la guía de viaje, donde nos decían que uno de los mejores sitios para comer las famosas empanadas salteñas estaba en una calle cerca de ella. Llegamos a la calle y buscamos el número, pero nada coincidía ni el numero del local ni el nombre ¿solución?, preguntar a alguien,pasó un señor y nos dijo que el local que buscábamos cambió de nombre y es ése que tenemos delante. Entramos decididos y nos encontramos con un mostrador de madera antiguo y una señora detrás de él. La mujer muy amable nos preguntó que queríamos...tenemos hambre, queremos cuatro empanadas, le contestamos. A lo que nos contestó con otra pregunta, muy bien...¿de donde son?. Le contamos resumidamente parte de nuestra historia y ella sorprendida por todos los lugares donde habíamos estado nos volvió a hacer otra pregunta, y así mantuvimos una conversación mientras comíamos nuestras salteñas, entonces se ofreció a darnos alojamiento, me gustaría compartir con ustedes más tiempo, y por supuesto formar parte de su historia, tener unos renglones en ella, nos dijo, a lo que contestamos ¡¡¡por supuesto!!! Pasamos dos noches con Isabel y sus hijos, hecho que nos enseñó que en la vida lo la más importantes es la vida. Y por ello, le estamos enormemente agradecidos, como ella misma nos dijo antes de marcharnos en la puerta de su casa, siempre tendrá nuestra amistad estemos donde estemos, ¡no te olvidaremos!

En un principio Salta “la bella” no nos impresionó del todo. Argentina nos parecía un país tan distinto a los anteriores que nos quedamos con el sabor agridulce de...parece que el viaje comienza a terminar. Pero nuestra sorpresa vino cuando comenzamos a caminar por sus calles, cada esquina guardaba un secreto un detalle en las cornisas y la gente aunque más mestiza que en Bolivia y Perú, pareciera que aún mantienen rasgos emparentados con los antiguos incas. La ciudad aunque no se encuentra muy alta en altitud, está muy cerca de los picos más altos de América del Sur, donde en uno de ellos, el Llullaillaco (6.739 metros), se encontró el complejo arqueológico más alto del planeta. El Museo Arqueológico de Alta montaña situado en la plaza mayor de Salta exhibe actualmente todo el material que se encontró y entre ellos las tres momias, tres niños que se mantuvieron gracias a las altas temperaturas en perfecto estado de conservación. No tenemos fotos del momento porque estaba prohibido tomar fotos en el museo pero sí podemos decir que es bastante interesante en cuanto a todo el material encontrado y el estado de conservación, pero impresiona muchísimo ver a un pobre niño congelado siendo observado por personas vivas como si se tratase de un trofeo taxidermista.

Decidimos salir de Salta y conocer un poco los alrededores, montamos en un bus y nos dirigimos a los pueblos de Cachi y Cafayate.

En Cachi, cuando llegamos encontramos un alojamiento barato comparado con lo que nos encontramos en Salta y pasamos un solo día agradable paseando por el pueblo y disfrutando de su mercado gastronómico donde probamos y compramos dulce de leche de cabra casero, una delicia. Nos acostamos temprano puesto que al día siguiente nos esperaba el mismo bus del día anterior y que nos dejaría en Cafayate. Esa mañana me levanté (Juan) con dolor en el vientre, tanto fue el dolor que decidimos volver a Salta, pero entonces cómo en esos momentos de la vida en el que uno no sabe por que,  se cruzó una persona en nuestra vida. Con mucho dolor aguanté las interminables curvas, me retorcía en el asiento y no podía ni hablar, entonces una señora mayor se acercó a mí en una de las paradas del bus y al ver mi estado me preguntó, ¿qué te ocurre hijo?, no podía hablar así que Adriana se encargó de contarle, yo no entendía la conversación que tenían, lo único que escuché fue, que coma esta hoja de aloe vera poquito a poco y tranquila, voy a rezar por él todo el camino, le dijo . Escéptico como siempre no quise tomar la hoja pero al final desistí a los ruegos de Adriana, le dí un bocado a la hoja y tragué con esfuerzo mientras escuchaba a la señora rezar detrás de mi asiento, y entonces a los quince minutos aproximadamente, desapareció el dolor. Solo pude hacer una
cosa, levantarme, girarme en el asiento y decirle, señora muchas gracias me ha pasado el dolor le estoy eternamente agradecido, me puso su mano en la cabeza y me dijo, me alegro hijo, seguiré rezando por ti. Ya me encontraba mucho mejor así que, mirando a la cara de asombro del chófer le dijimos, déjenos en el desvío, nos vamos a Cafayate.

Tras tomar otro bus y unas cuatro horas de curvas por un paisaje espectacular, cruzando un valle llegamos a Cafayate. A mi no se me había pasado el efecto del todo y seguía con náuseas, y aún tuve que hacer una visita al médico, pero gracias a los chicos de Huayra Sanipy y a la ciudad que es de encanto, pasamos el mal trago y disfrutamos lo que pudimos.

Cafayate tiene mil cosas que hacer, en el mismo hostel donde nos quedamos nos ofertaron rutas guiadas muy interesantes, pero en internet y en la guía de viaje leímos que se podían hacer solo, al menos los más cercanos, así que decidimos hacer una ruta de senderismo corta a la que llamaban las 7 cascadas y terminar entrando en el interior del parque para observar las famosas pinturas rupestres de Cafayate, pero esto sería al día siguiente. Además de estas rutas fuera del pueblo que contaremos más adelante, Cafayate es tierra de vinos y está totalmente rodeada por haciendas donde cultivan la vid y puedes hacer visitas guiadas, algunas gratuitas y como nos encanta el vino allí nos fuimos a la bodega Vasija Secreta, donde nos dieron un tour muy interesante por el interior de la bodega mientras nos explicaban la elaboración del vino, paso a paso.

Tras la visita a la bodega decidimos pasear por el pueblo un poco, pero el agotamiento y el malestar me superaba, decidimos volver al hostel donde los chicos de Huayra Sanipy me animaban a visitar urgencias en el pueblo, nos llamaron a un taxi y nos llevó a urgencias, donde mis sospechas fueron certeras, tenía un cólico nefrítico, así que un buen analgésico y un antinflamatorio y al día siguiente me levanté como nuevo.

Como contamos anteriormente era día de ruta, paramos un taxi y le dijimos que nos llevará a la entrada del sendero. Cuando llegamos allí había algunos jóvenes guías que pedían dinero por llevar a los turistas hacia la última de las cascadas, pero la verdad nos pareció un precio abusivo eran casi 40 euros por guiarnos. Después nos alegramos de no haber pagado puesto que la ruta aunque no estuviera indicada no daba a confusión, además estaba algo concurrida y siempre encontrabas a alguien. Eso sí aunque no haga falta guía la ruta no es apta para cardíacos, hubo momentos en los que tuvimos que escalar sin cuerda y con un salto de al menos 7 metros. La ruta transcurre en el interior de un barranco formado por la erosión del río Colorado, y pasas por senderos hasta llegar al primer salto, donde tienes dos opciones seguir por el sendero o cruzar el río y adentrarte en una cueva, nosotros no fuimos menos, seguimos a dos chicas que iban con guía y nos metimos por la cueva, tras la cual empezamos a ver los peligros de la ruta.

Caminamos unos cuarenta minutos río arriba hasta llegar a una cascada, donde apenas veíamos el camino para seguir subiendo, al final siguiendo a un grupo de estudiante llegamos al salto más alto de todo el recorrido, que aún después del susto que pasamos, para llegar a él, nos brindó estas vistas.

Tras esta cascada caminamos entre cactus gigantes y sorteando piedras, cambiábamos de uno al otro lado del río y llegamos a la última d etodas las cascadas de la ruta del río Colorado.

La ultima cascada

Pinturas de otra época

La vuelta no fue menos peligrosa que la ida y tras 4 horas y media de ruta llegamos, al principio del camino, preguntamos si estaba muy lejos la zona del parque para ver las pinturas rupestres y nos indicaron que no, que a treinta minutos de allí caminando, nos pusimos en marcha y cuando llegamos nos dijeron que teníamos que esperar a la guía que te hacía el recorrido y que se pagaba la voluntad, esperamos unos diez minutos y entramos. Las pinturas están en magnífico estado de conservación pero lo de los guías nos pareció un rollo más. La guía se dedicó a mostrarnos dónde estaban las pinturas, nada más, pero  lo visto son una comunidad indígena bastante deprimida y necesitan ayuda, así que colaboramos con lo que pudimos.

Comenzamos a caminar en direccion al pueblo mientras hacíamos autostop, pasaron coches nuevos de todas las marcas, y al final nos recogió una furgoneta destartalada conducida por un chico de no mas de veinte años, nos dejó en la puesta del Hostel, y descansamos un rato. Más tarde fuimos a la terminal de buses para comprar el billete en dirección a Tucuman. Nos iríamos en el bus que salía a las 2 de la mañana, así que aún teníamos tiempo para hacer algo. Teníamos ganas de probar la famosa carne argentina y disfrutar en una de las famosas peñas, locales donde mientras te sirven parrilladas o cabrito a la estaca hacen espectaculos de cante y baile regionales. Pedimos la parrilla y entonces, llegó la hora del baile. En mitad del espectáculo, los bailarines pidieron voluntarios para bailar con ellos una chacarera, baile popular argentino de parejas sueltas que incluye zapateo y una coreografía en la que los bailarines se enfrentan, retroceden y giran, según la wikipedia, como imaginaran uno de los voluntarios fue Juan y no sé si é definiría el baile de esa manera.

Nos reímos mucho esa noche hasta que llegó la hora de irnos y despedirnos de Cafayate, donde una vez más hicimos muchos amigos, sobre todo con los chicos de Huayra Sanipy a los que estamos muy agradecidos y queremos dedicar esta fotografía!!! Para más informacion y contactar con ellos podeis hacerlo desde su facebook (https://www.facebook.com/huayra.sanipy.3?fref=ts) o desde http://www.tripadvisor.es/Hotel_Review-g317027-d3935045-Reviews-Huayra_Sanipy-Cafayate_Province_of_Salta_Northern_Argentina.html .

Con nuestros amigos del Huayra!!

Nuestro paso por Tucuman fue rápido. En la terminal de buses cuando llegamos, decidimos después de hablar mucho de no pasar por Córdoba. Los días 5 o 6 de agosto queríamos estar camino de Asunción y si parábamos en Córdoba no nos daría mucho margen de tiempo para disfrutar de Buenos Aires. Así que, tras una llamada a Feli la madre de Noelia, tía política de Adriana, y confirmar que nos podríamos alojar en su casa, compramos los billetes para ese mismo día a las siete de la tarde, tendríamos todo el día para disfrutar de Tucuman, y sí que disfrutamos!!!  

Tukuman es la capital constitucional de Argentina, en esta ciudad se reunieron y firmaron la constitución

ADRI&JUAN.