Días 27 y 28 de Julio. Buenos Aires (1)

Llegamos a Buenos Aires, y la expresión de nuestras caras mientras Silvio y Feli nos llevaban a su casa en su vehículo, lo decía todo. El tráfico de locura al estilo asiático contrastaba con el paisaje europeo que teníamos delante. Pasamos cerca de puerto maderos, y nos dio la impresión de estar en el puerto de nueva york del siglo XIX, pero con un fondo curioso, los rascacielos más modernos. Llegamos a casa de los Barboza, y como no, su familia nos tenía preparado ¡un asado paraguayo!, ese día, lo pasamos en familia, descansando y cogiendo fuerzas para los días que seguirían.

Obelisco

Nos levantamos cansados pero decididos a llegar al centro de Buenos Aires, preguntamos a Silvio como teníamos que hacer para llegar al centro de la ciudad, y ¡sí! después de casi dos horas ¡llegamos al centro! Salimos de la boca del metro o subte, como le llaman los porteños, y nos quedamos con la boca abierta al ver la segunda avenida más grande del mundo, la primera para los Argentinos, no se como describirla, pero es inmensa, tanto de larga como de ancha y para cruzarla teníamos que pasar por al menos cinco pasos de peatones, nos giramos y allí estaba, el obelisco, justo en el centro e imponente, con el edificio del ministerio de educación en el fondo en galardonado con la imagen de Eva Perón, y justo delante la bandera de su patria, una imagen que sin duda no olvidaremos.

Este día lo dedicamos íntegramente a la avenida y sus alrededores, paseamos durante muchas horas hasta que quedamos con Sol, la hija mayor de los Barboza, un encanto de chica que nos enseñó mucho de cómo vivir en una ciudad tan enorme y no morir en el intento. Llegamos a la casa a casi las once de la noche. Como sabíamos que íbamos a perder mucho tiempo en transporte decidimos que los próximos días nos iríamos con Silvio hacia su trabajo, sobre las cinco
y media de la mañana, así que nos tocaría madrugar los siguientes días. Pero al día siguiente Silvio y Feli no trabajaban y se ofrecieron para llevarnos de excursión al barrio de La Boca.

Caminito

La Boca es, de Buenos Aires, el barrio céntrico con más contraste. Hablan de él que es peligroso, que está lleno de carteristas y de timadores, pero nosotros en ningún momento nos sentimos intimidados, eso sí no hay que olvidarse de tomar las precauciones de siempre. Pasamos de edificios humildes donde las familias viven aún hacinados como en la época de la inmigración italiana y española, a un barrio de calles pintorescas, que sin duda en algún momento fueron así pero que ahora se mantienen así gracias a los turistas. Hablamos, por supuesto de Caminito, calle imprescindible en un viaje a la capital de América. Rodeados de bailarines de tango nos hicimos una de las fotos mas típicas de Buenos Aires.

De vuelta pasamos por el mítico estadio del Boca Juniors, La Bombonera, y allí nos comimos el primer choripán del viaje y podemos decir que fue de los más ricos que comimos, y encima, con buena compañía.

Paseando por caminito nos encontramos con un rincón muy bohemio y aprovechamos para sacarnos una foto los cuatro junto.

De caminito nos dirigimos al barrio de San Telmo que hace un siglo era el barrio de la belle époque, o la jet set de Buenos Aires, que tras la llegada de inmigrantes y aumento de la población se fueron progresivamente trasladando al barrio de La Recoleta, convirtiéndose San Telmo en uno de los barrios más bellos de la ciudad, y sin duda lo es,.Todo esta lleno de detalles y se respira ambiente cultural y artístico por todas partes, sin darnos cuenta nos encontramos frente al Museo de Arte Contemporáneo al que sin dudarlo entramos, nos quedamos fascinados con obras como esta, la mayoría por no decir todo, de artistas locales, bonita forma de hacer al artista, más artista.

San Telmo nos guardaría más sorpresas porque lo recorreríamos muchas veces, podéis visitar el reportaje fotográfico aquí, durante nuestra estancia en Buenos Aires.

Adri&Juan.