domingo, 15 de abril de 2018

30 días en Tailandia; Del 10 al 14 de Sep

El día amaneció encapotado pero sin lluvia. Salimos de los apartamentos con Dani, también recién levantado, y nos invitó a desayunar con él en un pequeño local justo en frente al mas puro estilo Tailandia, una rica y caliente sopa de noodles. Dani nos contó su plan con los chicos para los que hacia de guía pero nosotros decidimos ir un poco por nuestra cuenta, así que quitándonos ya el miedo a las multas alquilamos dos motocicletas y nos pusimos en camino. Dejamos atrás el bonito pueblo de Pai y miramos la carretera hacia las montañas, en dirección a las cuevas de Tham Lod Cave. Aunque íbamos buscando las cuevas si no fuera porque no tenian perdida nos hubiéramos pasado, los paisajes eran increíbles sin duda  las cientos de fotografías que hicimos en cada parada del camino no hacen justicia. Montes cubiertos de nubes bajas que poco a poco escondían sus cimas, y a sus pies, arrozales infinitos de un verde frondoso.
Paisajes de Pai
 Para llegar a las cuevas, después de pagar su correspondiente entrada, caminamos un pequeño sendero hasta la entrada de las mismas donde después de cruzar un río con una corriente bien fuerte (recordemos que fuimos en época de lluvias) nos esperaban unas pequeñas barcas que nos llevarían al interior de las mismas, no eran muy confiables pero armados de valor y guiados por un pequeño tailandes en chanclas y con una gorra como casco nos introdujimos dentro de ella. No podemos decir que fuera espectacular pero sin duda la forma de entrar en ella sí fue muy peculiar, entre puentes de bambú y a oscuras, solo con la luz de una linterna, el guía nos iba señalando figuras en la roca, ¡mira, eso parece un elefante! (imaginación al extremo, podríamos decir).


Después de la visita volvimos de regreso y justo a la mitad del camino un cartel que decía Hotwater Spring que no vimos a la ida nos llamó la atención, llegamos a la entrada y había una barra como las de los pasos a niveles antiguos, estaba bajada, y al lado una pequeña caseta con un cartel donde decía 20 BTH, bueno, a pagar otra vez. Cruzamos con las motos y después de una carretera sinuosa y con unas cuestas que pensamos que a la vuelta la moto no seria capaz de subir llegamos a las piscinas de agua caliente. Éstas eran una desviación del río donde el agua estaba caliente, aun no sabemos como, pero estaba caliente. Lo mejor es que estaba lleno de gente local y en el agua solo había niños, con los que compartimos algunas risas.

Arrozales de Pai


Entrada a Tham Lod Cave
De vuelta ya en Pai y justo antes de llegar hay un desvio que te lleva al famoso Barrio Chino, donde se encuentra una Little Chinatown, construida por los inmigrantes chinos que escaparon de la revolución, esta parte de la historia la descubrimos unos días después, cuando visitamos el pueblo de Mae Salong. Sin duda todo lo que puedas leer en Internet sobre este barrio es verdad, es una ciudad montada para turistas, pero tuvimos la suerte de que llegamos tan tarde que allí no había nadie, ni siquiera locales abiertos, nos acercamos a uno donde básicamente estaban durmiendo la siesta y les preguntamos si serian tan amables de darnos de comer a lo que por supuesto con una sonrisa nos contestaron que sí, allí probamos por primera vez la Yunam Soap, una sopa de fideos que podéis encontrar en cualquier restaurante chino de Tailandia, teníamos tanta hambre que la comida nos supo a gloria y una vez con el estomago lleno y eternamente agradecidos nos fuimos a ver el pequeño barrio, un par de fotos de recuerdo y venga al Grand Canyon que se hacia de noche y sin duda una de las cosas imprescindibles en Pai es ver el atardecer desde allí.
Barrio Chino (Pai)

Barrio Chino (Pai)
El Gand Canyon son caminos escarpados que con la erosión se han quedado a una altura considerable y desde donde se puede ver como el sol se esconde entre las montañas tailandesas. Llegamos justo a tiempo para contemplar dicho espectáculo y tras un breve paseo en moto de vuelta paramos en el famoso Coffee in Love, una teteria que gracias a una película ha cogido fama entre los tailandeses, nos tomamos un té con un buen trozo de tarta, que no tardamos ni cinco minutos en terminar, los mosquitos comenzaron a atacarnos sin dejarnos vivir, así que recogimos campamento y nos volvimos al hostal, una ducha y a la calle otra vez, quedamos con Dani para tomar algo en un bareto de las afueras con los demás chicos, éste resultó ser un Bar Reggae donde al principio no parecía que viniese nadie pero en 10 minutos comenzó a llenarse, buena música y buen ambiente.
Pai Canyon
Coffee in Love
Al día siguiente cogimos el bus de vuelta a Chiang Mai, nos esperaba el mercado nocturno de tiendas y por supuesto su riquísima comida callejera. Salimos tan pronto nos encontramos con fuerzas después de las curvas del viaje y nos fuimos directamente a un puesto de comida. Mientras comíamos los comerciantes empezaron a montar los puestos, poco a poco la calle se hizo intransitable y solo veías gente caminando entre los puestos, vendían de todo desde toallas a figurillas de tuk tuk. Pero de repente una lluvia torrencial nos chafó la tarde y en segundos las calles se inundaron de agua, pensamos que se nos acabó el día, pero de repente dejó de llover y todo volvió a la normalidad, nos volvimos a animar hasta que me di cuenta que mi móvil estaba empapado, se me acabaron las fotos,
¡bueno, peores cosas hay! ¡así que nada, a seguir disfrutando del viaje!
Última foto del móvil
Atención a los pies!!!
A partir de aquí nuestros caminos se separan por primera vez. Por un lado, Lolo y Maria deciden ir por su cuenta y hacer una excursión a los bosques alrededor de Chiang Mai y conocer a los elefantes, nosotros decidimos alejarnos de la ciudad e irnos en dirección a Mae Salong un pueblo al norte del pais donde sus habitantes la mayoría chinos se dedican a la recolección de té. Así que nos volvemos a montar en un bus y nos vamos dirección Chian Rai para allí coger otro bus y hacia una rotonda a las afueras de Chiang Rai donde nos esperan unos pick up que nos llevaran a Mae Salong. Tras toda esta odisea de viaje llegamos a Mae Salong ya casi anocheciendo, así que no pudimos hacer mucho mas, elegimos habitación y nos fuimos a cenar con dos chicas españolas que conocimos en la pick up, cenados y con la barriga nos acostamos, ya que en el pueblo no había mucho que hacer ya a esas horas, así que a descansar que !mañana nos espera un nuevo día¡Cuando uno camina por Mae Salong no sabe si esta en Tailandia o China. Como ya explicamos mas arriba, este pueblo fue fundado por los inmigrantes chinos que escaparon de la revolución comunista y casi en todo se puede ver la influencia china, arquitectura, sus gentes (hay un mausoleo-museo donde explican la llegada a Tailandia), la comida y por supuesto el té.  El gobierno tailandes les permitió quedarse con una condición, podrían fundar su propio pueblo siempre y cuando dejaran de dedicarse al cultivo de opio y este fuera sustituido por el cultivo de té. La variedad que se cultiva en esta zona es el famoso té Olong que sin duda nos encanto y pudimos disfrutar en las numerosas tiendas de té. En Mae Salong disfrutamos de los campos de té y sus alrededores, donde se respira una paz que ya íbamos echando de menos en Chiang Mai.
Té Olong

El paisaje de Mae Salong
Campos de té
Cuando terminamos nuestras visitas, fuimos a comer a Mae Salong Nok, un pequeño restaurante donde probamos el mejor Yunnan Soap, estaba riquisimo. Ya con la barriga llena y sin mucho mas que hacer, recogimos nuestras cosas y decidimos volver a Chiang Rai para conocer la ciudad del Templo Blanco, pero cuando preguntamos a que hora pasaba el siguiente pick up para volver a Chiang Rai nos dicen que ya el ultimo salió y que ya no saldrían mas hasta mañana. Pues nada nos quedaremos una noche más, pensamos, ¡No! ¿y si probamos a hacer autoestop? ¿Pues no dicen que Tailandia es uno de los países mas fácil? Venga ¡no perdemos nada!, así que nos pusimos manos a la obra y con el pulgar hacia arriba empezamos a intentar parar coches, el problema es que no pasaban muchos, y los que pasaban iban llenos. Tres, cuatro, cinco y así seguía la cuenta y nada, pero cuando ya casi estuvimos apunto de rendirnos, una camioneta con el logo de coca-cola paró justo frente a nosotros. El señor muy amable nos ayudó a meter las mochilas detrás donde las botellas y nos sentó a los dos en el asiento delantero. ¡soy fan de coca-cola! le dije, no creo que me entendiese pues no hablaba nada de ingles pero con su sonrisa me valió. Llegamos a Chiang Rai a las dos horas, así que pudimos disfrutar de la noche de Chiang Rai, animadísima con su mercado de artesanía y sus puestos de comida callejera ¡no nos pudo faltar el postre! 
El día siguiente lo dedicamos a visitar el Templo Blanco de Chiang Rai que es una atracción turística mas pero que si vais por esa zona no podéis dejar de visitar, os dejará con la boca abierta.
Super postre
Templo Blanco
Charlando con mi amigo (no me acuerdo del nombre)
De vuelta a Chiang Mai, nos reencontramos con Lolo y Maria, intercambiamos experiencias y nos dirigimos hacia el aeropuerto, se acabó la aventura en el norte de Tailandia, ahora tocaba viajar al sur y disfrutar de sus playas de ensueño, pero eso es otra historia.

ADRI&JUAN.




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